Partido emocionante, de garra, de alternativas, de jugarse mucho más que una clasificación. Menudo partido, en definitiva, el que este sábado han disputado CR Málaga y Jaén Rugby. Acudiendo al tópico pugilístico, de intercambio de golpes y victoria a los puntos, porque ninguno de los dos equipos puso la rodilla en la lona.
Sólo hace falta ver los números para hacerse una idea. Nueve ensayos -uno de ellos de castigo-, un drop, un 0 a 14 inicial, 19-17 al descanso y un golpe de castigo que pasó el balón entre palos a cinco minutos del final para deshacer un empate a 34. ¡Ah! Y el resultado: 34 a 37 a favor de los visitantes.
Jaén Rugby salió al Ciudad de Málaga con una convicción tal que construyó dos jugadas de ensayo en 15 minutos abrumadores. En el primero supo esconder el balón pasándolo de unas manos a otras hasta colocarlo tras la línea de ensayo bajo palos. Su autor, Carlos Castro, jugó de nuevo de segundo centro. El segundo, fruto del empuje de la delantera y culminado por Luis Alberto Enrique. Rafael Migale transformó los dos. Bueno, en realidad, convirtió en puntos las seis patadas a palos de las que dispuso.
Minutos de luz que se convirtieron en sombras. El 0-14 fue como ese cubo de agua fría que despierta al púgil sonado. Los jugadores de CR Málaga desplegaron su juego abierto, sellaron con su delantera cualquier hueco que los jiennenses buscaba con ahínco. Sólo así pudieron darle la vuelta al partido y al juego. Ahora eran ellos los que lo dominaban, sobre todo las touches con las que se hicieron fuertes. Anotando tres ensayos, dos de ellos transformados, colocaron un 19-14 en el marcador. Migale sumó tres puntos más para Jaén Rugby pateando un golpe de castigo mientras sus sus compañeros enfilaban el camino de los vestuarios para apurar al máximo los 10 minutos de descanso.
Al equipo jiennense le costó reajustarse a los cambios tras la reanudación. Juan Navarrete pasó a jugar de Medio Melé por Bay y Beaux White ocupó un lugar en el XV que hoy vestía de blanco. Los locales aprovecharon ese desconcierto y anotaron 8 puntos más –ensayo y drop- en 10 minutos. Con un 27–14 en contra, con el partido cuesta arriba, ahí, es cuando los jugadores de Jaén Rugby demostraron de qué pasta están hechos: carácter, entrega y convicción. Un ensayo de White, su transformación y un golpe de castigo casi desde 40 metros –ni que decir tiene por quién- volvieron a igualar el choque y a devolver la emoción al encuentro en su último cuarto.
Fueron 20 minutos a tumba abierta. De aciertos, por supuesto, de imprecisiones, muchas, pero, sobre todo, de auténtica emoción. Tic-Tac-Tic-Tac. Minuto 67, ensayo de CR Málaga. Tic-Tac. Minuto 73 ensayo de castigo a favor de Jaén Rugby. Tic… El tiempo se detiene. Otro empate. Apenas queda tiempo, pero ningún contendiente quiere firmar tablas. Se reanuda la contienda, el balón cambia de manos, de equipo, de campo. Los placajes son feroces, pero el golpe de castigo que decide el encuentro es fruto del empuje de la melé de Jaén. El apertura jiennense, Migale, pide palos. El ritual comienza: el kick tee a 40 metros de palos, coloca el balón, brizna al aire, seis pasos atrás, tres adelante y patada a un oval que, describiendo una curva perfecta, cruza los 3 postes.
Los últimos minutos fueron de insistencia y de resistencia, de pulsaciones por la nubes. Sin embargo, ya nada movería el marcador de este partido que debería haber sido el primero del año, pero que se convirtió en un perfecto broche de la primera fase del Campeonato de Liga para ambos clubes.
Este lunes se sortea el calendario de la segunda fase de liga, fase de permanencia que comienza el próximo fin de semana. Jaén Rugby comienza esta última parte del campeonato con los 36 puntos sumados en la primera. Puntos que lo han situado en cuarta posición en el Grupo C y décimo entre los treinta y seis equipos que militan en División de Honor B.
Foto: Paula Coca